1 CÉNTIMO



Últimamente me llaman la atención las monedas de un céntimo. Los mayores siempre me decían que dan buena suerte. Entonces yo, cuando andaba por cualquier lugar, siempre iba en su búsqueda. Si tengo un mal día... ¡Encontrar una moneda de un céntimo lo cambiará todo! Pensaba. Pienso. Recuerdo un entrenamiento de balonmano. Estábamos calentando. El ejercicio propuesto trataba de correr del lado izquierdo de la pista hasta el derecho, y viceversa. Ninguna podía quejarse porque entonces estaríamos más tiempo haciéndolo. Recuerdo a mi entrenador, que se llamaba César y que dejó de entrenarnos porque se convirtió en papá. Ese chico de unos 35 años nos quería matar. ¡Corred! ¡No paréis! Y en cierto momento dijo: Susana, ¿qué buscas? ¿monedas en el suelo? Pues si encuentras alguna dámela. Sube la cabeza, ¡hombre! Me hizo gracia pero lo quería matar. Años más tarde aún recuerdo sus palabras cuando veo una moneda en el suelo. Pero no la cojo a no ser que sea de un céntimo. Porque... Dicen que dan buena suerte. 

Las monedas de un céntimo parecen ser muy valiosas pero, a su vez, las tratamos como si no importaran a nadie. Doble vara de medir. No sé en qué nos basamos. ¿Quizás en si no tenemos esperanza? ¿En si el día es bueno o malo? ¿Si estamos tristes o contentos? No lo sé. Yo, últimamente, solo les saco algunas fotos, les dedico un momento y dejo que el próximo que quiera cogerla, la coja. Ahora no es mi turno, ya lo fue y en algún momento, volverá a serlo. 





En verdad, he mentido un poco. Debo de hacer un apunte. Si la moneda está en el suelo, no la cogeré. Si la moneda está en un cajoncito del parquímetro... Sí. Porque mi madre siempre lo hacía. Hoy en día sí que es difícil encontrarse una moneda de un céntimo en un parquímetro, en general, es difícil encontrarse una moneda porque las tarjetas y móviles han acabado con esa pequeña "suerte" que suponen las monedas de un céntimo pero, cuando meto la mano en el cajón, arrastro el plástico transparente y mis dedos notan un pequeño círculo: ahí está. Entonces esbozo una sonrisa y me voy con la moneda, que seguramente acabaré perdiendo, entre mis manos.

Comentarios

Entradas populares