1.
No sé si el frío lo acentúa. Pero es ahora cuando más lejos de todo me siento. Y no sé qué busco, si es que busco algo. Quizás solo necesite encontrar la tranquilidad. Pero a veces no sé dónde se esconde. ¿Dar un paseo? ¿Ir a un concierto? ¿Estar en cama tumbada? Eso último no he podido comprobarlo. Siempre me duermo. ¿Leer un libro? ¿Trabajar? Pero de algo que te gusta de verdad, claro, quizás eso te da tranquilidad. Siempre y cuando cobres. A veces, siendo autónomo, aunque te guste, no te da tranquilidad, desde luego que no.
De una forma u otra, es cierto que, me siento más tranquila, no siempre pero sí muchas veces, lejos de casa que cerca. Pero esa tranquilidad a veces se convierte en soledad, desvaneciéndose así un poco de la felicidad que tenía antes.
Hoy fui a la piscina, en bici. Esas dos acciones juntas son una buena combinación, al menos en esos momentos no pienso prácticamente en nada más que prestar atención a lo que debo. A veces, cuando trabajo también tengo esa sensación, hasta que me aburro y comienzo a divagar en mi mente. No sé cómo suena eso. ¿Bien? ¿Mal? Pensar no es nada malo, pero a veces abruma. No pensar, no es nada bueno, tampoco nada fácil, aunque a mucha gente se le dé muy bien. Al menos, mejor que a mí. Les tengo un poco de envidia, aunque en el fondo, tendremos los mismos problemas.
No sé si poco a poco encontraré la tranquilidad plena pero, al menos, pensar que no soy la única a la que le pasa, que somos muchos viviendo los mismos sentimientos, hace que esté un paso más cerca de la tranquilidad.
S

Comentarios
Publicar un comentario